VILLAMARTIN

 
Se encuentra a 86.3 kilómetros de Cádiz. Está situada en el nudo articulador de las comunicaciones de la Sierra de Cádiz, en el cuadrante Noroeste de la provincia de Cádiz, en las últimas estribaciones de la región natural de la campiña. De aquí salen las tres ramas que conforman la Ruta de los Pueblos Blancos. Tiene una extensión de 210 kilómetros cuadrados. Está a 167 metros sobre el nivel del mar. Gentilicio de Villamartinenses, popularmente llamados culiblancos. En el año 2.013 tenía una población de 12.366 habitantes. La primera referencia que se tiene de Villamartín costa en los anales correspondientes al año de 1.280. Mateo Dávila lo obtiene, por repartimiento de tierras de Villamartín, que estaba formado por un poblado, siendo el primer señorío de ese título, en 1.284. En ese año, el rey don Sancho mediante un privilegio cede a Sevilla, ratificando otro de su padre Alfonso X, que otorga a Sevilla varios lugares no extensos y rodena nombrar alcaide de los mismos. En fecha aún no determinada (Sánchez Saus cree que en 1.296, Hernández Parrales la sitúa en 1.322), los Campos de Matrera vuelven a manos musulmanas, permaneciendo así hasta que Alfonso XI en 1341 la toma de nuevo junto a Alcalá de Benzaide, Priego, Rute y Benamejí. Mediante un privilegio rodado firmado en Tordesillas el 1 de abril de 1342, el rey Alfonso cedió Matrera y su término al Cabildo de la ciudad de Sevilla, poblándose de nuevo la villa. La fuerte inestabilidad de la "banda morisca" hizo que tampoco prosperara este intento. En 1.408, el Rey de Granada, desde Zahara, fracasó en su intento de conquistar de nuevo Matrera. En 1.421, Juan Ortega, jurado sevillano, se comprometió a poblar de nuevo la villa y consta que Guillén de las Casas financió la construcción del nuevo asentamiento, incluida una torre, que en 1.434 poseía el citado Guillen, hijo de Fernán Peraza. En 1.445 sufrió la fortaleza un nuevo asedio a manos del Rey granadino Mohamed Aben Ozmin, que hizo fracasar el Duque de Arcos. De nuevo, en 1.452 se producen combates en el Encinar de Mataparda, que gana el Duque de Arcos y en 1.482 tiene lugar la batalla del "Lomo del judío". En 1.486 se produjo un litigio entre Inés Peraza y el Concejo de Sevilla de tal calibre que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos. En una carta de "El Tumbo de los Reyes Católicos del Consejo de Sevilla" se desprende que Inés Peraza poseía el lugar de Villamartín, concedido a condición de elevar una fortaleza en él. Sevilla había tomado por la fuerza el lugar y expulsado a Inés y su familia. El 20 de mayo de 1.486, los Reyes Católicos ordenan restituir el lugar a Inés Peraza. Se desconoce el final del litigio, pero en 1.503, la mencionada torre, el Castillo de Matrera y sus tierras eran parte de los propios de Sevilla. La caída de Zahara (1.483) Y de Ronda (1.485) hacen que la frontera se traslade hacia el este y el Campo de Matrera deje de ser territorio fronterizo y, en consecuencia, vuelva a ser repoblado. Después de la caída de Granada, tres poderes militares ocuparon estos territorios vírgenes: Sevilla, en la fortaleza de Matrera, la familia Peraza en la Torre de Villamartín y el Marqués de Cádiz en el Castillo de Hortales. La fundación del Villamartín moderno data del 4 de febrero de 1.503, cuando el Cabildo de Sevilla decide poblar las tierras del Campo de Matrera, cediéndoselas a 118 pobladores, procedentes de pueblos de los alrededores. Más tarde estos colonos fueron despojados de las tierras y reclamaron a Sevilla el cumplimiento de la Carta Puebla. A pesar de la sentencia favorable a Villamartín, las reclamaciones sevillanas, por una parte, y la usurpación de la voluntad del común de vecinos por parte de un pequeño grupo de poderosos locales que estuvo beneficiándose de esa situación, por otra, prologaron el litigio durante tres siglos. Lo inició Martín Infantes, el 22 de marzo de 1.547, en nombre del Concejo y pueblo de Villamartín ante la Real Chancillería de Granada y lo terminó el Consejo de Castilla el 9 de febrero de 1.818, asumiendo las sentencias previas de la Chancillería de Granada de 1.558 y 1.806. Este proceso judicial, que duró casi 300 años, se conoce popularmente como "El Pleito de Matrera" y es el pleito mas largo de la historia de España.


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